La anticipación como herramienta emocional
Los niños perciben el tiempo de una manera diferente a los adultos. No están condicionados por los relojes, las horas o los minutos y tampoco saben discernir entre lapsos de tiempo más largos o más cortos, días, meses o años. Podríamos decir que la teoría de la relatividad se demuestra claramente en los niños, ya que su percepción del tiempo está totalmente relacionada a sus emociones.
Para ilustrar la idea, estoy disfrutando, entonces el tiempo pasa rápido y no me quiero ir; o me estoy aburriendo y pareciera que esta actividad no termina nunca…. vamos a casa!
Por esta razón, es que no solemos conversar con los niños acerca de las vacaciones, por ejemplo, hasta que faltan dos días para viajar, o no les contamos acerca de su hermanita nueva porque no puede imaginarse el tiempo que tiene esperar hasta que nazca. Una manera de ayudarlos y acompañarlos en este aprendizaje, mientras toman consciencia del paso y la medición del tiempo, es anticiparle lo que está por ocurrir en el corto plazo. Esto también, evitará sorpresas, enojos, caprichos y hasta rabietas!
Entonces, cuando casi esté lista la cena, puedes acercarte y decirle que en unos minutos va a tener que dejar de dibujar porque va a ser la hora de cenar; o por ejemplo, si llega la hora del baño, puedes anticiparle que debe comenzar a guardar el juego porque es hora de bañarse. Estos avisos, son fundamentales para la organización mental y emocional del niño. Generan un orden interno y promueven la autonomía. Cuando te anticipas a lo que va a pasar, le ofreces a tu hijo espacio y tiempo suficientes para cerrar un ciclo y prepararse para lo que viene, evitando ansiedades y desbordes.
El reloj de arena puede ser una herramienta concreta que muestra el paso del tiempo mientras llega aquello que anticipamos. Por ejemplo, el niño puede tener tiempo de prepararse para el próximo evento (el baño, la cena, la salida, etc) hasta que la arena termine de caer. Luego, será la hora de cambiar de actividad. Cuéntame cómo es en tu casa la administración de los tiempos con tus hijos.
Mi hijo tiene 9 años y hemos tenido bastante dificultad para salir de casa. No levantemos temprano pero El no hace con agilidad las actividades y resulta dispendioso tener que decirle todo lo que tiene que hacer. No le preocupa tampoco no salir. Es difícil de entender que tampoco siente la necesidad de salir. Y si se queda le da lo mismo
Hola Johana! A veces los niños necesitan mas detalles. A pesar de que a veces consideramos que nuestros hijos ya tienen edad para valerse por sí mismos, en ocasiones están muy acostumbrados a que siempre resolvamos sus necesidades por ellos (a veces por necesidad nuestra y a veces para facilitarle las cosas). Esto no tiene estricta relación con la manera en que entienden el paso del tiempo, sino que está más relacionado a la capacidad de cada niño de ser independiente y autónomo.
Una idea es preparar junto con él, por la noche antes de irse a dormir, las cosas que va a necesitar a la mañana siguiente. La ropa, los zapatos, la mochila para ir al colegio. Revisar que todo está en su lugar, o acompañarlo a que él mismo revise, recuerde y organice sus cosas para el otro día. Una vez en la cama, pueden recorrer oralmente los pasos a seguir por la mañana, desde que se despierta hasta que entra en la escuela. Por ejemplo, despertarse e ir al baño. Lavarse los dientes y la cara, peinarse. Vestirse, desayunar y luego a la escuela. Es una manera de nombrar los pasos, generar una secuencia y transmitirle a tu hijo que hay un tiempo acotado para hacer todas las tareas hasta entrar en el colegio. Con el paso de los dias, si lo repites cada noche, tu hijo aprenderá la rutina como quien aprende una canción de memoria de tanto escucharla. Y en ese tiempo, su cerebro habrá desarrollado nuevas conexiones neuronales para aprender esta nueva costumbre, esta nueva manera de hacer las cosas. Recuerda! el ser humano aprende por repetición y mas rápidamente a través de la experiencia. No alcanza con que se lo digas solamente o que lo repitas incansables veces. Es necesario que él mismo lo experimiente física y emocionalmente.
Cuéntame como te fue!