El orden externo promueve el orden interno
Una característica inherente al ser humano es el miedo a lo desconocido. No saber qué va a pasar, hacia dónde vamos, cómo se va a ver el futuro inmediato. Lamentablemente, en ocasiones es posible que tengamos todas esas preguntas y sin darnos cuenta esa sensación de incertidumbre que atravesamos llega a nuestros niños, generando estados de ansiedad, nervios, enojos y poca capacidad de concentración. No hay edad para sentirse de esa manera, desde un bebé recién nacido puede verse afectado por las emociones de su madre y su padre.
Para revertir esta sensación de desorientación frente a la vida, de desaliento frente al futuro, podemos comenzar con ordenar. El orden externo promueve el orden interno, y éste otorga seguridad y confianza en el niño. Un entorno ordenado, bajará las ansiedades de niños y adultos y construirá un entorno apacible para trabajar, jugar y poner en juego la creatividad.
El orden no es únicamente tener la casa ordenada. Se trata también de proponer una rutina familiar, con horarios fijos para algunas actividades, espacios para estar solo y para compartir juntos, asignar tareas de limpieza y orden a cada miembro de la familia, etc.
Es posible que al principio no sea tan fácil cumplirla, pero verás que al cabo de unos días, se estructura el movimiento y un nuevo sistema se pone en marcha.
Verás también que cuando los niños saben lo que va a pasar, qué viene después, dejan de angustiarse o sentir ansiedad.
Recuerda! la repetición de las actividades, además de fijar el conocimiento, genera tranquilidad y promueve la seguridad en el niño.
Diseña una rutina clara y posible (este punto es muy importante!) y preséntasela a tu familia o bien, diseñenla juntos. Invita a tu niño a participar de las tareas del hogar, como llevar la ropa al lavadero, poner la mesa antes de comer o pasar la aspiradora.
