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La importancia del ciclo de trabajo

¿Por qué el niño tiene que guardar y ordenar?

Las tareas de limpieza y cuidado del entorno suelen ser responsabilidad del adulto. Sin embargo, desde la mirada Montessori, los niños aprenden desde el primer momento que las actividades son ciclos y, una vez abiertos, deben ser cerrados. Llamamos ciclo cuando un niño toma un material, trabaja con él y cuando ya no quiere continuar con el trabajo,-por el motivo que sea-, lo guarda en donde lo encontró inicialmente; asegurándose de dejar el espacio de trabajo limpio y ordenado, tal como estaba antes de empezar.

Por supuesto que el hábito se va construyendo de a poco y en un principio tú puedes guardar y devolver el material a su lugar. Sin embargo, cuando lo hagas, le explicarás lo que estás haciendo y lo invitarás la próxima vez (y todas las veces que sean necesarias hasta haber adquirido el hábito) a que lo haga él mismo.

El ciclo de trabajo ofrece un marco a la actividad, describiendo el principio y el final de acuerdo a una consigna determinada. Este procedimiento otorga un ritmo y un hábito de orden al niño y, a la vez, despierta en él el registro de su entorno y de las otras personas que habitan el mismo espacio.

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