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María Montessori

Una breve mirada a su historia

Maria Montessori nació en Chiaravalle, Italia en 1870. En 1896 terminó sus estudios de Medicina en la Universidad de Roma, transformándose en la primera Doctora en Medicina de Italia. Fue ayudante en la cátedra de psiquiatría de la misma universidad y allí descubrió su interés en el estudio de los niños con alteraciones del desarrollo cognitivo y advirtió inmediatamente que su disfunción, más que médica, era pedagógica y emocional

Marchó a continuación a Londres y a París para profundizar en sus estudios, asistiendo luego a cursos de filosofía en la Universidad de Roma y de psicología experimental, convencida de que la educación del niño había de tener su primer y esencial fundamento en el conocimiento científico, somático y psíquico de su ser. La obra desarrollada a continuación entre niños con discapacidades mediante una experiencia práctica y fecunda trajo como consecuencia la aparición de una Montessori teorizadora y organizadora de un método general de la educación infantil basado en la ciencia.

En 1907, por encargo del Instituto dei Beni Stabili de Roma, abrió en uno de los nuevos barrios obreros, la primera “Casa de los niños”, que existe hasta nuestros días. Desde allí, la entidad se difundió por Italia y más aún por el resto del mundo, tomando el carácter de institución independiente, organizada de un modo cada vez más claro como un nuevo enfoque de educación infantil.

El método siguió madurando y perfeccionándose a través de la experiencia y la observación de los niños y sus desarrollo. El trabajo de Montessori consistía en que el niño desarrolle su autonomía, que se ponía en juego en el ambiente preparado con las propuestas necesarias para el refinamiento de los sentidos, los materiales apropiados a sus intereses y a sus proporciones físicas, y la posibilidad de aplicarlos en el trabajo individual y de acuerdo a la libre elección, a la solución de situaciones interesantes y de la vida cotidiana, ocupando un lugar protagónico en su formación y su aprendizaje.

El principio dominante era el de dejar hacer; de observar para ayudar en caso de necesidad; de tener confianza en el valor inmenso de una actividad libre, desarrollada con un propósito concreto adoptado por el niño, capaz de impulsar el desarrollo seguro y de propiciar poco a poco, descubrimientos espontáneos y conquistas propias de acuerdo al ritmo natural individual. Entretanto, la Dra. Montessori multiplicó sus cursos a docentes y padres, viajando por el mundo y difundiendo sus observaciones y experiencias. Asimismo, las Casas de Niños comenzaron a surgir en distintos países y Maria Montessori cobró un lugar de referencia en el ámbito educativo en todo el mundo. 

Su gran cantidad de libros reflejan la trayectoria, su saber y el largo camino recorrido a lo largo de su arduo trabajo, dando cuenta de los fundamentos que cimientan su método y sus estudios. Cada vez concentraba más su apostolado en la idea de que el niño educado con pleno respeto a su libertad y a sus infinitos recursos debía ser el educador del adulto, el regenerador de la humanidad, y que la formación del hombre según los principios predicados por ella podía y debía garantizar el triunfo de la justicia y de la paz en el mundo.

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