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Niños pequeños, grandes observadores

El poder de la observación

Como ya hemos hablado muchas veces, sabemos que los niños aprenden a través de las impresiones sensoriales que adquieren en todo momento. Es su manera de conocer el mundo que los rodea, involucrando la percepción de los sentidos en relación con las experiencias cotidianas; quedando impregnados en el cuerpo y la mente del niño las vivencias de las exploraciones, los descubrimientos, los nuevos conocimientos y aquellas emociones que afloraron en el proceso. La observación es una gran herramienta para conocer, imitar, repetir y luego aprehender aquello que aprendimos.

Es una habilidad que los niños traen consigo de manera natural y saben poner en juego en todo momento. Este recurso natural y espontáneo de los niños requiere de ellos una gran concentración. Es importante saber y tener en cuenta que aunque te parezca que tu niño “no está haciendo nada” es probable que esté observando atentamente alguna cosa que le llamó la atención; desde una pequeña hormiguita caminando por el suelo hasta la puntita de una pegatina que comenzó a despegarse…. desde escuchar con mucha atención lo que dice la vecina hasta la manera que tienes de resolver un conflicto con otro conductor cuando estas conduciendo… todas son experiencias de aprendizaje para el niño que en esta etapa del desarrollo, está absorbiendo continuamente el entorno que lo rodea, los comportamientos de las personas, y las maravillas de la naturaleza. Recuerda no interrumpir o intervenir en ese proceso cuando identifiques a tu hijo en plena tarea de aprendizaje.

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