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Seguir al niño

El niño como guía y maestro de su aprendizaje

Una de los grandes legados y aprendizajes que nos ha dejado Maria Montessori es seguir al niño; “No me sigan a mi, sigan al niño”. Tan simple parecen sus palabras, sin embargo son la clave de sus investigaciones científicas, su método y el sustento de sus observaciones.
Desde los primeros días de vida, las necesidades de tu bebé serán alimentarse y dormir, pero por sobre todas las cosas, estar en contacto físico contigo, escuchar tu voz, percibir tu olor, permanecer en tus brazos, tomar el pecho todo lo que desee, tantas veces como quiera.

Recuerda, acá no hay recetas pero si estás atenta a sus necesidades habrás resuelto gran parte de tus interrogantes. Verás que lentamente, a medida que pasan los días y los meses, tu bebé comenzará a interesarse por el mundo. Refinará su vista y logrará ver más alla de los 30cm que los conectan con tu mirada cuando está en tus brazos. Se concentrará en objetos llamativos y se quedará mirándolos por largos ratos. Permítele observar y descubrir el mundo sin interrupciones.
Conecta contigo, con esta etapa de tu vida en el aquí y ahora, con tus necesidades, con tus emociones, con tu misión en este momento, con la vida que tienes en tus brazos. Disfruta de tu maternidad plenamente, abraza los momentos de incertidumbre, recibe los espacios de introspección, porque ese camino es el del conocimiento genuino.

Apóyate en tus seres queridos y escucha a tu bebé; confía en él, porque ha venido a este mundo con su sabiduría, con un conocimiento ancestral que acompañará su desarrollo si le das lugar. Si la sensibilidad y la paciencia afloran de ti al observar a tu niño, al percibir sus necesidades, al disfrutar de sus conquistas y aprendizajes, sabrás siempre qué está necesitando y podrás brindarle el marco adecuado.

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